Antecedentes y causas de la separación:
Varias fueron las
causas que abonaron la separación de Panamá de Colombia el 3 de noviembre de
1903. Por una parte , el abandono en que Colombia mantuvo al Istmo durante todo
el siglo XIX provocó frustración entre nuestros compatriotas. En realidad, el
gobierno colombiano sólo percibía al Istmo como el emplazamiento del futuro
Canal que algún día habría de construirse. En tal sentido, nuestro territorio
era la mayor riqueza potencial que poseía la República , pero
permaneció materialmente descuidado desde 1821, sin que se fomentara la
educación ni la salud, se construyeran caminos y vías de penetración y se
realizaran obras públicas, como el acueducto o alcantarillado y la
pavimentación de las calles de las principales ciudades. Sin duda, el sistema
centralista implantado por el Regenerador Rafael Núñez, desde 1886, agravó aún
más la situación. Los istmeños, mayormente de convicciones liberales y
federalistas, vieron de la noche a la mañana transformado su Estado Federal
(1855-1885) en un Departamento más de la República de Colombia, cercenados sus derechos
políticos, y con un Gobernador elegido en Bogotá al frente de sus destinos.
Ello, sin contar las permanentes guerras civiles que asolaron el territorio
istmeño,así como el restablecimiento de las aduanas y el incremento de la carga
impositiva , en momentos en que se especulaba fuertemente con la ruina de los
franceses.
El fracaso de la Compañía Universal
del Canal Interoceánico de Ferdinand Lesseps, así como la Compañía Nueva del
Canal que se formó, en 1894, después de la liquidación de la primera empresa,
acarreó una grave crisis económica en nuestro territorio. Las esperanzas del
grupo dominante de construir una vía interoceánica por el Istmo y de
transformar a Panamá en un emporio del comercio mundial parecieron hundirse
junto con el frustrado proyecto francés. A la ya grave crisis económica vino a
sumarse, en 1899, el estallido de la
Guerra de los Mil Días. Durante tres años los ejércitos
liberales y conservadores agotaron la ya deprimida riqueza del Istmo. No sólo
porque los brazos necesarios para trabajar la tierra fueron reclutados para
integrar el ejército, sino también, porque el Istmo se transformó en campo de
batalla. Los cultivos fueron destruidos, al tiempo que el ganado sirvió para
alimento de las desatendidas tropas. La guerra tocó a su fin, en 1902, con la
firma del Tratado del Wisconsin, teniendo como trasfondo el problema canalero
porque para entonces, los Estados Unidos no podían postergar ya más la
construcción de un Canal.
Otros factores también coadyuvaron para que Panamá adoptara
la decisión de renunciar a la tutela colombiana, en 1903. Para ese tiempo
Bogotá y Panamá mantenían diferencias estructurales imposibles de disimular. La
capital de la República
era una ciudad enclavada en un valle en Los Andes que la geografía limitaba por
los cuatro costados. Como tal, estaba cerrada a la influencia foránea y, hasta
cierto punto, seguía apegada a los patrones coloniales. Panamá, por el
contrario, era un Istmo tendido sobre el mar, abierto a las influencias
extranjeras y volcado al comercio marítimo. A estas diferencias que creaban un
amplio mundo de incomprensión , se sumaba el hecho de las difíciles y erráticas
comunicaciones que mantenían los dos puntos. El Istmo de Panamá no poseía
comunicaciones terrestres con la República. La selva del Darién era una barrera
infranqueable.
Ya en la década del 50 del siglo XIX, Justo Arosemena había
advertido con mucho tino que: "la geografía nos dice que allí comienza
otro país". De manera, que estas dos ciudades vivían de espaldas. Muchas
de las leyes votadas por el Congreso bogotano eran resistidas en Panamá porque
perjudicaban los intereses de la burguesía comercial. Por su parte, el gobierno
central percibía como levantiscos y separatistas a los panameños. No había
confianza y quizás tampoco existía gran afecto entre ambos. Pero lo que sí es
seguro es que en Bogotá no se comprendían o atendían las reclamaciones y
solicitudes de Panamá.
La firma del Tratado Herrán-Hay, a comienzos de 1903,fue la
oportunidad que los panameños habían estado esperando desde mucho tiempo atrás.
Por fin, Colombia y los Estados Unidos suscribían un Tratado para la
construcción de un Canal por Panamá. Para el grupo dominante panameño dedicado
al comercio marítimo y a los servicios, que se vio sumamente deprimido después
del fracaso francés, era la panacea a todos sus problemas. Panamá recuperaría
su función transitista y ellos se enriquecerían a manos llenas. Pero muy pronto
se hizo evidente que en Bogotá, el Congreso no tenía nada que festejar. Por el
contrario, los ataques al Tratado no se hicieron esperar, sobre todo porque se
ambicionaban mayores compensaciones económicas que los diez millones que
ofrecía Estados Unidos y porque, además, se lesionaba la soberanía colombiana
en el Istmo de Panamá cuando el pacto hablaba de un arrendamiento por cien años
renovables indefinidamente y se establecían tres tipos de tribunales de
justicia en la futura Zona del Canal.
Las súplicas por parte de nuestros compatriotas, que temían
que los Estados Unidos construyera un Canal por Nicaragua, así como las
amenazas de Washington, no impidieron que el el 12 de agosto de 1903 el
Congreso colombiano rechazara el Tratado Herrán-Hay. El rechazo por esperado no
resultó menos decepcionante, pero fue, sin duda, el detonante de la separación.
A partir de entonces, se puso en funcionamiento una trilogía de intereses
encontrados panameño-franco-estadounidenses que llevaría, tres meses después, a
la creación de la República
de Panamá.
Diferentes razones movían a cada uno de los integrantes de
esta trilogía. Por una parte, los Estados Unidos, como ya dijimos, no podían
aplazar por más tiempo la construcción de un canal por Centroamérica, sobre
todo por razones comerciales y estratégico-militares. Por la otra, los
franceses , detrás de los cuales se movían Philippe Bunau Varilla , accionista
de la Compañía Nueva ,
y William Nelson Cromwell abogado de esta empresa, querían recuperar lo
invertido en el Istmo , así como salvar el honor de Francia y de Ferdinand de
Lesseps. Por último, nuestros compatriotas, como ya señalamos, veían en la
construcción de la vía, su última posibilidad de recuperar la función
transitista del Istmo y, por tanto, de superar la angustiosa situación
económica. En palabras de la oligarquía la alternativa era: "Canal o
Emigración". Convencida como estaba la burguesía comercial de que los
Estados Unidos construirían el Canal en Nicaragua, si Colombia rechazaba el
Tratado, fueron los primeros en mover los hilos para separarse definitivamente
de Bogotá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario