Ferdinand von Zeppelin fue un general de Caballería que
sirvió sucesivamente en los ejércitos de Württenberg, Rusia (fue agregado de
este país en la Guerra
de Secesión nortamericana) y el Imperio alemán. Sin embargo, su primera
aparición y contacto con la navegación aerostática fue en el campamento de
globos aerostáticos del profesor Thaddeus S. C. Lowe, durante la campaña
peninsular de la Guerra
de Secesión americana (1861-1865). Ahí realizó varias ascensiones en globo de
observación para el ejército del Norte. Los globos se colocaban fuera de los
límites civiles, y Lowe no era capaz de entretener la curiosidad de von
Zeppelin. Le mandó a otro campo de globos, en dónde el aeronauta alemán John
Steiner sería de más ayuda para el joven Ferdinand. En la década de los 70 von
Zeppelin volvió a América para encontrarse y aprender más del Prof. Lowe,
llegando a tener todo el conocimiento posible sobre globos aerostáticos.
Desde 1880 en adelante, Zeppelin se preocupó de la idea de
crear globos dirigibles. En 1899 comenzó la construcción de su primer dirigible
rígido (basado en un diseño anterior de David Schwarz), que utilizó en tres
ascensiones sobre el lago de Constanza.
Vuelo del primer Zeppelin en el Lago Constanza el 2 de julio
de 1900.
Terminó su primer dirigible en 1900. Era de estructura
rígida y sirvió de prototipo para muchos modelos posteriores. El primer
zeppelín estaba formado por una hilera de 17 cámaras de gas recubiertas de tela
encauchada y el conjunto iba encerrado en una estructura cilíndrica cubierta
por una tela de algodón de superficie uniforme. Tenía 128 m de largo, 12 m de diámetro y admitía un
volumen de hidrógeno de 11,3 millones de litros. Se controlaba con timones a
proa y popa y tenía dos motores de combustión interna Daimler de 11 kW (15 CV),
cada uno de los cuales impulsaba dos propulsores. Los pasajeros, la tripulación
y el motor iban en dos góndolas de aluminio suspendidas delante y detrás.
En la primera prueba, el 2 de julio de 1900, el dirigible
transportó a cinco personas, alcanzó una altura de 396 m y recorrió una
distancia de 6 km
en 17 minutos. En 1906 realizó un viaje de 24 horas por tierras suizas, que
empezó a despertar el entusiasmo tanto del público como del gobierno alemán.
Los vuelos cada vez tenían más éxito, y provocaban la
euforia del público, lo cual permitía al conde seguir con el desarrollo de su
vehículo. De hecho, la segunda versión de su dirigible estuvo enteramente
financiada por donaciones y por una lotería. El apoyo financiero real no llegó,
irónicamente, hasta que el Zeppelin LZ4 se estrellase en 1908 en Echterdingen.
La caída encendió el interés del público en el desarrollo de
los dirigibles y una campaña de recolección de fondos logró reunir más de 6
millones de marcos alemanes. El dinero se utilizó para desarrollar el
Luftschiffbau Zeppelin y una Fundación Zeppelin.
Ese mismo año la administración militar compró el LZ3 y lo
puso en uso bajo el nuevo nombre de Z1. A partir de 1909 los dirigibles también
se utilizaron en aviación civil con la creación de una compañía de transporte
aéreo de pasajeros mediante dirigibles (DELAG). Hasta 1914 la Asociación Alemana
de Aviación (Deutsche Luftschifffahrtsgesellschaft) transportó a casi 35.000
personas en más de 1.500 vuelos sin un solo incidente.
Durante la
I Guerra Mundial (1914-18) fueron empleados más de cien
dirigibles por el ejército y la marina de Alemania, tanto en tareas de
reconocimiento (con un papel importante en la batalla de Jutlandia) como para
el bombardeo aéreo del territorio enemigo (los alemanes bombardearon varios
puntos de Inglaterra en 1915-17). Sin embargo, su lentitud, su tamaño y su
fragilidad les hacía muy vulnerables a la artillería antiaérea, una vez que
ésta hizo su aparición, por lo que dejaron de emplearse para los bombardeos
después del fracaso de un ataque sobre Londres en 1917.
El conde Zeppelin murió en 1917, antes del final de la Primera Guerra
Mundial. No vio, por tanto, ni el cierre provisional del proyecto Zeppelin por
causa del Tratado de Versalles ni el resurgimiento de los mismos bajo su
sucesor, Hugo Eckener. Tampoco llegó a ver cumplido su sueño de organizar
vuelos trasatlánticos, que se hizo realidad entre 1928 y 1937.
Finalmente, el accidente del Dirigible Hindenburg 20 años
más tarde, el 6 de mayo de 1937, en la Estación Aeronaval
de Lakehurst , acabó con la historia de los dirigibles como medio de
transporte.
Se puso su nombre al único portaaviones alemán construido en la Segunda Guerra Mundial y a los dirigibles LZ 127 y LZ 130. También reciben comúnmente el nombre de zeppelín los dirigibles que desarrolló.
No hay comentarios:
Publicar un comentario